Hace unos días pasaron por tv abierta la pelicula Titanic, se estreno cuando yo era adolescente y recuerdo vagamente que fui al cine acompañada de mis hermanos y primos. El marido a su vez, me contó que él nunca la había visto, y es que, mientras doblabamos la ropa limpia del crío nos entretuvimos viendo el final de dicha cinta.
Desde lo profundo de mi memoria emergieron los susurros de Kate Winslet interpretando a Rose "come back, come back". No pude menos que sonreír al encontrar una fundamental similitud entre el instante de esa mujer pidiendo auxilio y yo sentada frente a la pantalla. Ambas necesitamos que el bote regrese y nos saque del oscuro frio. Ella con los labios tiritando y yo con las manos un poco nerviosas nos sumergimos al profundo mar (el mio de palabras) y echamos mano del recurso más fácil para hacernos escuchar. Ella coge un silbato y yo hago uso de la película hollywoodense más cursi.
Quizá, más adelante yo también me vea retratada en un caballo, una avioneta y no lo sé, tal vez en plena vejez arroje yo a mi mar de palabras una rica joya.
1 comentario:
La vi en el cine, en Guadalajara (no recuerdo el nombre de la sala, creo que ya no existe) nunca voy a olvidar como lloraba la gente, -yo no lloraba, soy muy macho, snif, snif...-. Pero sí, Ada, habrá alguna ocasión en que tendremos que poseer la fuerza para dejar ir, pero ¿cuál será la ocasión apropiada? habrá que saber para no fallarnos a nosotros mismos.
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