D espués de mirar al duende, las cosas son distintas, están ahí pero no causan presencia en tu pensamiento, te vuelves indiferente a tu entorno; tomas el café sin importar que se haya enfriado, los huevos estrellados son engullidos mecánicamente por tí, tan absorto en los profundos misterios de esos diminutos ojos que descubriste en la ventana,que te observan desde un mundo lejano y antiguo. Después de mirar al duende en la cocina, las cosas estarán ahí, pero ya no van a ser las mismas para tí.
lunes, febrero 19, 2007
El duende en la cocina
D espués de mirar al duende, las cosas son distintas, están ahí pero no causan presencia en tu pensamiento, te vuelves indiferente a tu entorno; tomas el café sin importar que se haya enfriado, los huevos estrellados son engullidos mecánicamente por tí, tan absorto en los profundos misterios de esos diminutos ojos que descubriste en la ventana,que te observan desde un mundo lejano y antiguo. Después de mirar al duende en la cocina, las cosas estarán ahí, pero ya no van a ser las mismas para tí.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
un perro !!!
qué hermoso perro !!
adoro a los perros !!!
(con razón se enfría el café)
Que lindo! ñ_ñ
ay no!! jajaja el azulejo... de tu cocina es igualito al de uno de los baños de mi casa... XD y siempre me he preguntado donde los consiguen... sonará raro, pero me ha hecho gracias y me a puesto de buen humor verlo jejeje
Besotes y abrazos!! =*)
Saludos Ada. Me extasío con los recordatorios de los encuentros al azar que he tenido con la vida. Creo que por eso se me enfría el café...
Hola.
Alio, los azulejos en esta cocina se renuevan solitos, son como las escamas de los reptiles o las plumas de las aves: se caen, pero vuelven a salir. ¡Esta cocina está embrujada!
Publicar un comentario